El día 28 de abril, Día Mundial de la Salud Laboral, es un día para reflexionar y reivindicar tanto a los estamentos del estado como a las empresas unas condiciones de trabajo dignas, seguras y saludables.
A raíz de la crisis económica que desgraciadamente estamos padeciendo, asistimos a una situación donde el recorte se ha convertido en el pan de cada día, de tal modo que la salud laboral se convierte en un aspecto secundario y superficial. El deterioro de las condiciones de trabajo y la prevención de los riesgos laborales es, desgraciadamente, un hecho en el que nos encontramos y que supone un importante quebranto en la salud y seguridad de las personas (y en algunas ocasiones, la pí©rdida de sus vidas). Así, el miedo a perder el empleo (con la actual reforma laboral aprobada por el Gobierno de Rajoy faltar nueve días al trabajo durante dos meses supone despido objetivo) provocará inevitablemente que los trabajadores y trabajadoras acudan a su puesto de trabajo independientemente de haberse recuperado de su enfermedad, lo que supone una pí©rdida para su salud individual y para la salud píºblica.
Por ello, el 28 de abril no es solamente un día para la reflexión, sino tambií©n para la movilización y la lucha. Hay que demostrar que existen alternativas a la política económica y social actual, una alternativa que no conlleve a salir de la crisis mediante la destrucción de las condiciones de trabajo ni la precarización del empleo, sino todo lo contrario: salir de la crisis de manera más justa y sostenible. A día de hoy debemos defender nuestra salud laboral (la de todos los trabajadores y trabajadoras) y no renunciar a esos derechos que tanto han costado conseguir.