Este domingo se cumple un aí±o de la matanza de Utoya. Casi 80 jóvenes socialistas eran vilmente asesinados por un fascista, por el íºnico delito de pensar diferente. Permí­tanme que, como joven socialista vasco, hable en nombre de todo el sentir de los socialistas vascos, para lanzar el mayor de los recuerdos, afectos, carií±o y cercaní­a que tenemos hacia Juventudes Socialistas de Noruega por la desgracia que sufrieron al cruzarse en el camino de la intolerancia y la sinrazón de la violencia.

Para un socialista vasco, Utoya fue una puí±alada en una herida abierta a punto de cerrarse. Demasiadas veces nos hemos levantado con informaciones sobre asesinatos. Y Utoya, fue uno más. Lo sentimos como una más de las desgracias que hemos sufrido en Euskadi.

Recuerdo además, cosas del destino, que los jóvenes socialistas espaí±oles nos reuní­amos ese dí­a en Madrid en nuestro Comití© Federal (máximo órgano entre Congresos). Y fue en el bar de la calle Ferraz donde nos enteramos estando todos juntos. Primero confusión, informaciones contradictorias, rabia, condena de todos y todas las que estábamos allí­. Pero los socialistas vascos lo sentimos, permí­tanmelo, diferentes. Nos llenamos de silencio por un dramático y reciente recuerdo que siempre nos acompaí±ará en nuestra memoria.

Ese mismo dí­a, aprovechábamos para tener una charla con quien era nuestro candidato a presidente del gobierno y hoy Secretario General, Alfredo Pí©rez Rubalcaba. Decidimos mantener la convocatoria, como homenaje a los compaí±eros caí­dos, precisamente para reforzarnos en nuestra idea de democracia. Rubalcaba, acababa de dimitir como Ministro de Interior y podí­amos ver en sus ojos, en su cara, mo sentí­a tambií©n como una puí±alada lo ocurrido, porque sabí­a lo que sentí­a el pueblo noruego en general, y los socialistas noruegos en particular. La rabia, la indignación, y la incredulidad de que alguien pueda matar a otro simplemente por pensar diferente.

Todos imaginábamos la desgracia, la angustia de perder a seres queridos. Y siempre, bajo esa imagen, bajo esa sensación que se nos hací­a desgraciadamente familiar, las mismas preguntas, ¿por quí©? y ¿para quí©? Pero los socialistas vascos sabemos la respuesta: para nada. O al menos, mejor dicho, para nada de lo que pretenden aquellos que usan la violencia.

Para los demócratas sirve, aun siendo una desgracia, para mucho. Sirve para reafirmarnos en la democracia y en la convivencia en sociedad, para unirnos, para seguir teniendo claro que violencia y polí­tica son radicalmente incompatibles. Sirve para seguir luchando por la igualdad, por la paz, por la convivencia, por la justicia social, frente a aquellos que quieren jugar a dioses decidiendo quií©n vive y quií©n muere, simplemente porque piensan diferente. Nos enseí±a a luchar y a levantarnos contra la intolerancia allí­ donde exista, sea en Euskadi, en Navarra, en Palestina o en Utoya.

Lo que todo terrorista y fascista consigue con la violencia es hacer que la democracia gane, y que sus ideas pierdan. Y esto tambií©n ocurrió en Utoya, como mejor homenaje a los/as compaí±eros/as asesinados.

Alain Coloma Jimí©nez, Sº General Juventudes Socialistas Euskadi