Pues ha salido Otegi de la cárcel.

 

Y creo, personalmente, que los jóvenes, a quienes se nos presupone una determinada actitud en este tema, debemos tener muy en cuenta el pasado de nuestro país, para que no cometamos errores en el presente que puedan lastrar nuestro futuro; y por supuesto, para no confundir a los hérores con los verdugos. Por ello…

 

Conviene recordar que Otegi no ha condenado uno solo de los crímenes que ha cometido la organización terrorista ETA.

 

Conviene recordar que fue Otegi quien dijo, cuando asesinaron al periodista Jose Luis López de Lacalle, aquello de que era «la forma en la que ETA quiere poner sobre la mesa el papel de determinados medios en el conflicto».

 

Conviene recordar que fue Otegi quien, cuando ETA asesinó a una niña de seis años en la Casa Cuartel de Santa Pola, se preguntaba «qué hacía una niña en un cuartel de la Guardia Civil».

 

Conviene recordar que Otegi ni siquiera fue capaz de romper su cobarde silencio cuando ETA calló para siempre a su compañero de escaño en el Parlamento Vasco, el socialista Fernando Buesa.

 

Conviene recordar que cuando Otegi dijo aquello de que «en la estrategia político-militar, la M sobra y estorba», estaba dejando bien claro que su distanciamiento respecto a la violencia se debía a una cuestión puramente táctica o estratégica, y no a un compromiso  ético o moral que lo llevara a rechazar el asesinato de seres humanos.

 

Conviene recordar que Otegi no ha estado en la cárcel por defender un proyecto político independentista, sino por ser cómplice de una organización terrorista.

 

Conviene recordar que los propios dirigentes de Herri Batasuna han reconocido haber sido instrumentalizados por ETA.

 

Conviene recordar que la Batasuna que él tantos años lideró fue un colaborador necesario para que ETA bañase de sangre nuestras calles.

 

Conviene recordar que el “mérito” de Otegi no fue enfrentarse a ETA, sino anticiparse a su caída para evitar que el hundimiento de la organización terrorista lastrase también a su brazo político.

 

Conviene dejar bien claro que en una sociedad decente, a nadie se le debe agradecer que tome la decisión de perdonar la vida a quienes no comparten su proyecto político.

 

Conviene no olvidar, que mientras sus hechos y sus palabras no demuestren los contrario, Otegi seguirá representando la misma basura que ha representado toda su vida.

 

Victor Trimiño

Coordinador de Nervión-Ibaizabal