Estimada Maite Iturbe, 

Me gustaría que recibieras estas palabras con respeto, puesto que son escritas desde el pesar sincero de muchas personas jóvenes vascas. A una parte de ellas, las representa la organización que dirijo pero considero que otras muchas, de distinta ideología o pensamiento, tampoco acaban de entender determinadas decisiones adoptadas en el ente que diriges. Te planteo esta reflexión después de que el martes 9 de enero ETB emitiera un documental bajo el título “Los niños de la mochila”. 

 

En el programa se recogen testimonios de niños que hacen largos recorridos para visitar a sus padres presos vascos en cárceles lejos de sus casas, y se traslada una sensación de tristeza, acompañamiento y empatía por esos niños y niñas a las que se les ha hurtado un desarrollo normal de afecto y cariño con su aita o su ama.

 

Decía Machado que si dices media verdad dirán que mientes dos veces cuando digas la otra mitad. Desoyendo el consejo del poeta, el documental producido y emitido por ETB muestra un silencio doloroso sobre la verdad de las víctimas de esos presos y presas de ETA. La verdad de tantas y tantas víctimas, asesinadas, agredidas, perseguidas, acosadas y amenazadas por la organización terrorista ETA. Y no solo silencia esa verdad, sino que no cuenta la historia de esa otra infancia, de los hijos e hijas  de las víctimas de ETA. Esos niños son parte de esa memoria que aún no se ha contado en EITB: las víctimas olvidadas, inocentes e invisibles de la violencia y el terrorismo impuesto en la sociedad vasca durante tantos y tantos años. 

 

Desde la verdad que yo he vivido, desde la que he visto vivir a mis padres y a mis compañeros y compañeras del Partido Socialista, muchos de ellos asesinados, no puedo transmitirte el inmenso dolor e indignación que me produce que ese documental olvide su verdad y su memoria. Me duele como socialista, pero sobre todo me duele como ciudadana vasca, que EITB no haya mostrado interés por contar su historia.

 

No creo que sea necesario explicarte, a estas alturas, lo que han sufrido las decenas de miles de vascos y vascas que han sido asesinados, agredidos, perseguidos, acosados, extorsionados y, amedrentados. Todas ellas personas de ideas diferentes, trabajadores de toda condición que seguro habrás conocido porque el periodismo ha sido una de las profesiones más perseguidas por el espíritu crítico que demostraron los mejores.

 

Son familias que también tienen niños y niñas en su seno. Por ello, creo que merecen la atención de nuestro ente público de radiotelevisión. El dolor de estos niños y niñas ha sido silenciado e ignorado por buena parte de la sociedad vasca. Muchísimos de esos niños y niñas, ahora jóvenes, sufrieron y sufren problemas psicológicos (traumas, las penas, depresiones y pesadillas) derivados de las acciones que ETA llevó a cabo y lo peor es que, en muchos casos, cargarán con ello el resto de sus vidas.

Nuestra EITB, el ente que tú diriges, debería ser vanguardia en sacar a la luz estos temas, entre otras razones, por el gran ejemplo de superación y de dignidad que suponen para toda la sociedad vasca. Podría enviar un mensaje de convivencia muy fuerte. Estos casos de descendientes de víctimas son, en general, desconocidos para gran parte del público. Son personas anónimas que están condenadas a sufrir de forma injusta, en silencio, las consecuencias de la violencia que un día estuvo presente en nuestro país.

 

Quiero pedirte, por todo ello, un poco de consideración y atención de EITB sobre otros niños y niñas, miles, que sufren aún hoy los efectos de la violencia de ETA.

 

¿Para cuándo un espacio también sobre todos ellos?

 

¿Para cuándo una verdad que no sea a medias?

 

Atentamente,

 

 

Azahara Domínguez

Secretaria General Juventudes Socialistas de Euskadi