Y él estaba ahí, un ciudadano del pueblo, un vecino de Portugalete o como él dice siempre “de Coscojales”. Hijo y nieto de trabajadores que dieron su sudor y su esfuerzo por este país, que lucharon por la libertad, por la igualdad, por la democracia y, por supuesto, por los derechos de los trabajadores vascos. Y él estaba ahí, dirigiéndose al resto de parlamentarios y a la gente que con gran ilusión nos agolpábamos en las tribunas para vivir lo que todos nosotros ya llamamos entre risas “nuestro momento histórico”.
Él estaba ahí, con templanza y firmeza, dirigiéndose al pueblo para hacerle llegar que Euskadi necesita un cambio y que él era consciente que sobre su espalda se apoyaba la responsabilidad de poder liderarlo. Un cambio en las políticas económicas y sociales. Un cambio en las políticas sobre infraestructuras o contra el terrorismo. Un cambio en las políticas que a todos y cada uno de los ciudadanos vascos nos afectan.
Se le veía consciente de la gran responsabilidad que iba a asumir. La responsabilidad de unir a la sociedad vasca, para terminar con las confrontaciones políticas y dejar atrás el tiempo de la división y el desencuentro. La responsabilidad de acabar con el terrorismo en este bello país. Ese terrorismo que de una manera u otro hemos vivido la mayoría de los que estábamos presentes en la cámara vasca. La responsabilidad de gobernar Euskadi y colocarlo a la cabeza de España y de la Unión Europea. La responsabilidad de dirigir un gobierno integrador, con la mano tendida siempre a todos los partidos y sobre todo a los ciudadanos vascos que más lo necesitan y tienen más dificultades. En definitiva, la responsabilidad de ser un Lehendakari elegido por y para el pueblo, porque él es consciente que es uno más de nosotros.
Ayer fue un día largo y duro, pero pese a todo, ninguno de los que estábamos allí queríamos movernos de nuestros sitios porque no nos queríamos perder ningún detalle, ningún gesto, ninguna mirada, porque todo en su conjunto iba a pasar a formar parte de la historia del socialismo vasco. Pero más importante aún, iba a pasar a la historia de Euskadi.
Y llego el momento. Todos los parlamentarios tomaron sus asientos y la emoción comenzó a correr por todos nosotros. Uno a uno se iban levantando para dar el nombre de su candidato. Para muchos fueron los minutos más largos, interrumpidos por las risas cuando Patxi se levantó y dijo su nombre. Y el instante llegó, la Presidenta del Parlamento anunció el resultado de la votación y nombró a Patxi López como nuevo Lehendakari. El Parlamento Vasco se puso en pie y estalló en un gran aplauso acompañado de risas, abrazos y muchas lágrimas. Esa ovación le acompañó por los pasillos hasta la salida de la cámara. Una salida memorable, porque entraste como un ciudadano de Euskadi y saliste como Lehendakari de todos los vascos.
Zorionak, y como te dijo un hombre a la salida: “ahora a trabajar”.
COMISIÓN EJECUTIVA NACIONAL
JUVENTUDES SOCIALISTAS EUSKADI